La Danza, el frú frú del tul, los ojos cerrados mientras su mano dirige tu cintura, los violines, el sonido de los engranajes girando la escenografía por el escenario de la ópera de Viena (cuando lo visité). Poco más se necesita para vivir un vals, querida amiga.
Viena ... yo también la visité hace muchos años y pudimos asistir a un concierto de piano inolvidable. Lo malo de los viajes organizados es que ahora no puedo separar los recuerdos y todo queda en una coctelera !!
Salvando las diferencias y dando un salto temporal e intercontinental el vestido de tul vaporoso, que se cuela entre las piernas del joven, me ha trasladado a esta escena en la que, el vestido azul pesadamente adornado con plumas de avestruz elegido por la bailarina, no sólo desprendía parte de su cargamento con los sofisticados movimientos de la danza sino que también hacían de este baile toda un proeza y demostración de pasmosa destreza por parte de ambos.
https://www.youtube.com/watch?v=UMyNGrqkp64
Él se arrancaba cantando: "Cielo, estoy en el cielo...", para, con el tiempo, declarar " aquel vestido era lo más parecido a un pollo siendo atacado por un coyote”. A su acompañante, se el conoció desde entonces con el sobrenombre de "la plumas". Pero lo cierto es que, a pesar del estupor del bailarín y del director de la película al verla vestida de aquella guisa, ella, se salió con la suya y volar, ya lo creo que volaron.
¡Ojo a la imagen bajo el título hecha muchos años después! Ella, lleva... ¡¡¡plumas!!!
Desde luego que se pueden comparar perfectamente y lo que más me ha gustado es la última foto donde el paso del tiempo no ha cambiado sus espíritus ni las plumas.
La Danza, el frú frú del tul, los ojos cerrados mientras su mano dirige tu cintura, los violines, el sonido de los engranajes girando la escenografía por el escenario de la ópera de Viena (cuando lo visité).
ResponderEliminarPoco más se necesita para vivir un vals, querida amiga.
Viena ... yo también la visité hace muchos años y pudimos asistir a un concierto de piano inolvidable. Lo malo de los viajes organizados es que ahora no puedo separar los recuerdos y todo queda en una coctelera !!
EliminarSalvando las diferencias y dando un salto temporal e intercontinental el vestido de tul vaporoso, que se cuela entre las piernas del joven, me ha trasladado a esta escena en la que, el vestido azul pesadamente adornado con plumas de avestruz elegido por la bailarina, no sólo desprendía parte de su cargamento con los sofisticados movimientos de la danza sino que también hacían de este baile toda un proeza y demostración de pasmosa destreza por parte de ambos.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=UMyNGrqkp64
Él se arrancaba cantando: "Cielo, estoy en el cielo...", para, con el tiempo, declarar " aquel vestido era lo más parecido a un pollo siendo atacado por un coyote”. A su acompañante, se el conoció desde entonces con el sobrenombre de "la plumas". Pero lo cierto es que, a pesar del estupor del bailarín y del director de la película al verla vestida de aquella guisa, ella, se salió con la suya y volar, ya lo creo que volaron.
¡Ojo a la imagen bajo el título hecha muchos años después! Ella, lleva... ¡¡¡plumas!!!
http://lopezlinares.com/vintageblog/wp-content/uploads/2013/10/mosaico-sombrero-copa1.png
Desde luego que se pueden comparar perfectamente y lo que más me ha gustado es la última foto donde el paso del tiempo no ha cambiado sus espíritus ni las plumas.
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