CAMPOLLANO

Otro campo que se queda al descubierto. No tardará en quedar sumergido porque éste se ve pocas veces. En barca, la distancia parece poca, pero antes había que bajar al río, cruzar por el puente, subir por el otro lado e ir por un camino que no era corto, sobretodo si te amenazaba una tormenta. Los pobres machos, Moreno y Castaño, subían y bajaban sacando chispas con las herraduras al pisar las piedras, cargados con hierba, patatas, leña o fiemo (estiércol). Marcos lloró cuando los vendieron.