A pesar del sol que calienta se cuela un cierzo frío, como si hubiera alguna puerta abierta por ahí... dicen que aquí no nieva de puro frío... no nieva porque no hay nubes, de momento. Para los esquiadores impacientes hace un precioso día y mis flores de invierno, pensamientos, están danzando en la ventana mientras las acompañe el sol... después se volverán a encoger y pegar a la tierra para pasar la noche.Con una tarde así, se está mejor en casa. He estado viendo las fotografías que mi padre ordenó en tres álbunes y de todas ellas he destacado una... la de mi abuela Pabla. Yo tengo una fascinación especial por mi abuela. Sus cuentos (de miedo), romances, leyendas e incluso su propia vida han ejercido influencia en mi. Cuando salió de Escartín muy joven, en circunstancias traumáticas, se encontró en Barcelona con un mundo totalmente desconocido, me lo contaba una y otra vez. Presenció un atentado contra el Rey Alfonso XII. Trabajó de cocinera para el famoso Dr. Esquerdo y se fué de allí porque la trataban demasiado bien. Una amiga le dijo que la engordaban para luego sacarle la sangre... ¡ Se lo creyó!. Yaya Pabla fué la hermana que yo no tenía. Nos reíamos o discutíamos a parte iguales.
Recuerdo cuando nos sentábamos a su lado,siendo ella ya muy mayor y nos contaba algo, lo hacía con esa paciencia y con un don para que prestáramos atención, que daba gusto oir sus historietas, que le hacía repetir y repetir sobre todo la de "TRUS TRUS..." que me hacía mucha gracia y la encontraba mágica.
ResponderEliminarMe alegré mucho conocerla, ya que fué como la abuela materna que no conocí.
El tronco de casa O Royo de Esacrtín tenía muchas ramas. Tu madre, tía Josefa,sobrina carnal, siempre decía que prefería "unas sopas de ajo de tía Pabla antes que el mejor manjar en otro sitio" y era correspondida con el mismo cariño por mi abuela. Me has contagiado el quehacer de mirar fotos... aquí estoy toda la tarde enganchada y voy a poner una de un "escalador" que no necesitó pies de gato en los piés. Vas a ver... Allá va...
ResponderEliminarMe chifla cuando cuentas historias de tu familia. Yo conocí a todos mis abuelos, pero mi abuela materna murió cuando yo tenía 2 años y mi abuelo paterno cuando tenía 5, tengo pocos recuerdos. El que nos contaba miles de cuentos era mi abuelo materno, José Mª, abue para mí. Venían todos los niños a escucharlo, mi prima María y yo estamos convencidas que nuestra afición a fabular e inventar historias y mundos fantásticos viene de él. A la que sí conocía fue a mi bisabuela paterna, Dorotea que llegó a los 102 años y estaba como una rosa.
ResponderEliminar¡Pues a ver si tienes los genes de tu bisabuela y le pasas en la edad! Y lo que sería mejor aún, que nos siguiéramos escribiendo... el blog sería demasiado largo...!
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