LA CASILLA de Broto.

Aquí nací yo. Hace muchos años que está deshabitada y es de las pocas que quedan en pie. Vivíamos dos familias, una a cada lado, pero siempre fuimos como una sola. La noche que vine al mundo, en el patio de la casilla se quedaban los militares que vigilaban el paso de los maquís. Allí crecí rodeada de mis padres y abuelos con los padres y abuelos de Elena, mi vecina. Las dos, hijas únicas, jugábamos y reñíamos como hermanas. Tengo un recuerdo triste, más que triste. Teníamos un perro "Faro" y desde la ventana vi como lo atropellaba un camión. El haber pasado hoy por Broto, Sarvisé, Planduviar, Asín, Fiscal, Boltaña, Ainsa... Todos estos lugares los sentía muy mios y se amontonaban los recuerdos. Si miraba hacia Sobrepuerto, veía aquel largo y empinado camino que, en mi infancia, subía durante cuatro horas a Escartín ... estaba en el fin del mundo!! Contaba mi abuela que, en casos graves, hacían señales con una sábana pidiendo ayuda. El abandono de los pueblos del Sobrarbe fue en aumento, sobretodo, cuando llegó la epidemia de los pantanos. El de Jánovas (que no lo hicieron) causó una despoblación tristísima, aquí está la foto de uno de los pueblos fantasma, Lacor.