... cojía la pluma y mi cuaderno. Salían las letras como si fueran lágrimas, pausadas, seguidas ...En cuanto volcaba mis sentimientos desaparecía mi tristeza, como si hubiera llorado mares, olvidaba el motivo y las causas ... volvía a estar animada y contenta, pero ... ¡tenía que escribirlo, guardarlo y no volver a leerlo!
Ahora, ya mayor, sigo con la misma necesidad.
No es el diario de adolescencia que marca una época, es mi vida entera.
He dejado la pluma para coger el ordenador.
El blog es mi refugio y escribo lo que me sale del alma, me siento bien, me siento acompañada y hay días en que, como el tiempo, sale el sol o hay tormenta, hace calor o hiela ... o se pone "a boira preta"
Que bueno poder volcar todos estos sentimientos con la escritura,debe ser como soltar una carga que nos agobia.Pero hay que tener ese don para decir las cosas como tú lo haces.MªAngeles.Alicante.
ResponderEliminarEso es, soltar una carga que agobia, lo has dicho exactamnete MªAngeles.
EliminarY ahora…no os puedes fallar, porque nos hemos acostumbrado a leer tus entradas y nos ibas a dejar “huerfanos”
ResponderEliminarAdemás con lo bien que escribes, no te consentimos que te lo guardes todo para ti. Aunque haya días nublados, en los que nos gustaría estar más cerca para poder darte un abrazo muy grande
Y un día después de la tormenta
Cuándo menos piensas sale el sol
De tanto sumar pierdes la cuenta
Porque uno y uno no siempre son dos
Cuándo menos piensas sale el sol
(Sakira)
Siempre que me dices estas cosas y me animas pienso en ti, e incluso cuando escribo mis tristezas también pienso en ti, no hace falta que sea un 23.
EliminarY es verdad, cuando menos piensas sale el sol.
¡Qué maravilla! Un beso.
ResponderEliminarBesicos para ti también.
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