El huerto.

Con un sol de los de llevar sombrero, he ido por el paseo Manuel Gimenez Abad, con la intención de coger una esquerola en el huerto; con un poco de ajo, aceite, vinagre y sal me la pondré para cenar.  La silla vacía nos recuerda su vil asesinato. Esta mañana he escrito un poco sobre el perdón pero ... que difícil es en la práctica !!!!!

Aquí mismo, al final del paseo está el huerto. El polen de los chopos, en primavera, tapaban los fresones y el abuelo se enfadaba mucho, sobre todo una vez que unos chicos al pasar tiraron una cerilla y ardió peligrosamente.

Este trocito de tierra me da mucha pena, no lo puedo evitar, me parece imposible que  se haya quedado tan sólo!!
Gracias a Francisco sigue produciendo buenas hortalizas.

Son coles de broquil o brócoli, aún son pequeñas pero ya hay grumos.

Con la esquerola en la mano me he ido a dar la vuelta a la Cantera hacia el Árbol de la Salud. A la izquierda se ve el cauce del río Aragón y algunas huertas.

A la derecha las casas o chalés que parecen de cuento.
Un paseo por la Cantera es la mejor aspirina, me quita el dolor de cabeza, me despeja y anima. He estado jugando con una astuta ardilla, parece que se reía de mi, se estaba quieta pero en cuanto la enfocaba con el móvil ... saltaba a la rama más cercana ... salto va y foto viene ... no he podido pillarla !!