Aunque está entretenido, en el momento que me voy, viene corriendo detrás de mi. |
Si subimos a casa, se enrosca en una silla debajo de la mesa ... |
... la más cercana a mi, esperando a que me levante para quitarme el sitio. Es feliz aquí, gozando de libertad y dando rienda suelta a su curiosidad. Nos entendemos sin hablar como los buenos amigos. |
Que buen compañero es Bolo. Estará feliz de corretear por esos campos.
ResponderEliminarAquí estamos en la gloria los dos.
ResponderEliminarTe quita el sitio. ¡Canalla¡ Te veo en extraordinaria compañía. Nada para conocerse desde otras perspectivas como la silla de una conquistada por culo ajeno.
ResponderEliminarPues eso hace, silla o lo que sea, donde estoy yo, él también. Cuando está mimoso me da besetes, bueno pone su hocico en mi cara con el ron-ron-ron.
EliminarHablan de los perros pero los gatos son excelentes compañeros también.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Los gatos son muy pegajosos, muy limpios y no hay que sacarlos, pero ... hay que entenderlos porque son ellos los que marcan el paso, no hay más que seguirlos.
EliminarEs que Bolo debe pensar aquello de que :"El que fué a Sevilla, perdió su silla" y la que más le gusta debe ser precisamente la tuya.
ResponderEliminarBolo yo creo que toma posesión de lo que considera suyo, es decir: yo.
EliminarBolo tiene una piel de terciopelo que dan ganas de pasarle la mano para notar la suavidad. Preciosas fotos.
ResponderEliminarUn beso Angelines
Tendrías que verlo revolcarse por la tierra !!
EliminarDisfrutamos con tus comentarios y explicaciones como si estuviéramos contigo. Muchos abrazos
ResponderEliminarNo sabes lo que me alegro, Ester. Besetes.
Eliminar¡ Que lindo es Bolo. Besos.
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