“LA BARRAS DE LAS CORTINAS" ¡Una mujer despreciada es muy peligrosa!
Una mujer, a la que su marido abandona por otra más joven, tiene que abandonar su casa que ella había amueblado con tanto cariño. Pasó el primer día muy triste, recogiendo todas sus cosas. El segundo día vinieron los de la mudanza y se llevaron sus pertenencias. El tercer día se sentó en el suelo en el comedor vacío, puso música suave, dos velas, dos kilos de camarones, un plato de caviar y una botella de vino blanco frío. Cuando terminó todo eso, desmontó las barras de las cortinas de cada cuarto, les quitó los tapones de los extremos y dentro puso los camarones y el caviar que le había sobrado de su solitaria cena, puso los tapones de los extremos y las colocó de nuevo.
Al día siguiente se fue; el marido regresó a la casa con nuevos muebles y con su nueva novia. Todo fue perfecto los primeros días, pero pronto la casa empezó a oler.
Hicieron de todo, limpiaron y airearon toda la casa. En cada estancia pusieron ambientadores, revisaron los desagües y las tuberías…; pero nada funcionó. Finalmente, el marido y la novia decidieron mudarse de casa y ponerla a la venta. Pasó un tiempo sin que consiguieran encontrar un comprador para la maloliente casa.
La ex esposa llamó al hombre por asuntos del divorcio y él le comentó, que precisamente acababa de poner la casa en venta, porque había comprado otra, pero sin decirle las verdaderas razones.
Ella lo escuchó con calma y le dijo que ella añoraba mucho su casa y que le gustaría comprarla, si estaba dentro de sus posibilidades. Pensando que su ex esposa, no tenía ni idea del mal olor y pensando en timarla, él aceptó vendérsela a precio de saldo, con tal de que ella firmara ese mismo día. Ella aceptó e inmediatamente, él le mandó los papeles para firmarlos.
Una semana después, el marido y su novia, muy sonrientes y felices, revisaban el traslado de sus muebles y enseres que iban metiendo los mozos en un gran camión de mudanzas, camino de su nueva casa…..incluyendo, las preciosas barras de las cortinas………….
¡LA VENGANZA ES UN PLATO, QUE SE SIRVE FRÍO!